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Esta contribución examina las respuestas de los comerciantes extranjeros a las segundas reformas borbónicas llevadas a cabo en España entre 1759 y 1793. En 1700 las «naciones» partieron bajo la nueva dinastía de los Borbones con fuertes privilegios corporativos heredados de los Habsburgo, pero sufrieron un progresivo deterioro tras la ascensión al trono de Carlos III. A través de un método comparativo podemos comprobar cómo las distintas comunidades se adaptaron a esta nueva situación: una mayor flexibilidad de flamencos e irlandeses fue clave para su supervivencia, mientras que la comunidad francesa sostuvo una línea basada en una fuerte defensa institucional de sus privilegios, lo que a la larga le resultó fatal. Aunque la expulsión de esta comunidad se ha vinculado tradicionalmente al clima creado tras 1789, lo cierto es que ya desde 1759 los reformadores carolinos siguieron una clara tendencia hacia la necesidad de clarificar los privilegios de todos los comerciantes extranjeros en España, no solo franceses. Madrid no solo daba así respuesta a las presiones de los centros periféricos peninsulares, preocupados por la competencia extranjera, sino que las reformas traspasaron los límites de la actividad comercial: fueron un instrumento clave en la transformación del antiguo marco político de relaciones entre la corona y las «naciones» —modelo que entró definitivamente en crisis—, para dar paso a un nuevo concepto de «extranjero» como individuo. This paper examines the responses of foreign merchant communities to the Caroline reforms carried out in Spain between 1759 and 1793. In 1700, the so called naciones (foreign communities in Spain) inherited strong corporate privileges from the Spanish Habsburg kings. However, their position progressively deteriorated, especially after the accession of Charles III in 1759. Against the backdrop of dramatic cuts in their privileges, the naciones adapted themselves to the new circumstances in different ways: a greater flexibility on the part of the Flemish and Irish communities could explain the better adaptation of these groups, whereas the French community decided, as early on as 1700, to adopt a strong institutional defence of their privileges. This eventually proved to be their downfall, as evidenced by their mass expulsion from Spain in 1793. Traditionally this expulsion was linked to the shock caused by the French Revolution in Spain. However, there had been a political line drawn between Caroline reformers and Spanish policymakers on the need to clarify the privileges of all foreign merchants in Spain dating back to 1759. The reforms responded to the traditional pressure from the peripheral cities and their concerns regarding foreign competition. However, as this paper suggests, these reforms also surpassed the limits of commercial activity by becoming a key element in the transformation of the old political framework of relations between the Spanish king and the naciones. This model definitively went into crisis giving way to a new concept of «the foreigner» as an individual. |