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Para poder comprender de mejor manera las acciones de los Estados Unidos
en el exterior, es necesario conocer el carácter del ciudadano
estadounidense. Ya contando con el conocimiento del conjunto de factores
que estructuran este carácter, como por ejemplo sus valores nacionales,
su ideología, sus creencias, su historia, su fe, etc., es posible
interpretar los objetivos y la motivación de la política exterior
de los Estados Unidos. El objetivo de este estudio fue explicar la conducta
de los estadounidenses hacia su política exterior, haciendo énfasis
en la dualidad entre intereses e ideales que posee la población; siendo
los intereses (Realismo) la principal motivación, y los ideales
(Idealismo) su justificación. La tesis se estructuró de la
manera siguiente:
En el capítulo inicial, "La Teoría Realista de las relaciones
internacionales", nuestro objetivo consistió en exponer las bases
de la Teoría Realista. Presentamos sus principales características
y su forma de explicar la interacción entre los Estados en el orden
internacional. El Realismo considera que estos Estados van a actuar de acuerdo
a sus propios intereses, incluso si estos intereses implican perjudicar a
otro Estado. Los Estados van a adoptar la conducta de los ciudadanos que
los conforman, incluyendo el deseo por poder y por influenciar las decisiones
de otros, que caracteriza a la naturaleza humana; por consiguiente, el orden
internacional se caracteriza por la constante lucha de intereses entre los
Estados.
Tras haber presentado los fundamentos de la Teoría Realista continuamos
con la explicación de la Teoría Idealista; al igual que con
el Realismo, presentamos las bases y propuestas Idealistas. La Teoría
Idealista propone que los países pueden convivir en una comunidad
internacional, y pueden actuar de acuerdo a los valores y principios morales
de la humanidad. La comunidad internacional puede mantenerse en un estado
de armonía y cooperación debido a que los Estados persiguen
bienes en común y no particulares.
Después de describir las propuestas principales de ambas teorías,
realizamos una comparación entre ellas y establecimos una relación
entre el Realismo y el Idealismo con la política exterior de los Estados
Unidos. A través del tiempo los Estados Unidos se han valido de la
Teoría Idealista para justificar su política exterior. De acuerdo
a los estadounidenses, sus acciones en el exterior están basadas en
el bienestar de la humanidad y en los principios morales universales, sin
embargo, la historia nos muestra algo distinto. La política exterior
estadounidense se ha basado principalmente en la obtención de los
intereses propios, y el Idealismo simplemente es la "máscara" tras
la que esconden sus intenciones egoístas ante el mundo. La principal
constante en la historia de la política exterior de los Estados Unidos
ha sido la contradicción entre los ideales y los intereses.
En el capítulo segundo, "Las bases de la política exterior
de los Estados Unidos", expusimos el origen y las evidencias de la mencionada
contradicción entre ideales e intereses. Comenzamos por la
descripción del carácter Idealista del estadounidense y por
los factores que le dieron forma. La religión protestante y la Conquista
del Oeste fueron los dos principales factores en la formación de la
conducta estadounidense. El Protestantismo llegó a Norteamérica
a través de las primeras oleadas de inmigrantes europeos; los valores
protestantes que adoptó la población de lo que hoy conocemos
como los Estados Unidos consistieron en el trabajo individual y en la
auto-superación. El protestantismo también les inculcó
la ideología de que el estado de gracia (la cercanía con Dios)
depende del grado de bonanza personal.
El segundo factor consiste en la expansión hacia el Oeste por parte
de los colonos. Inicialmente los inmigrantes europeos se establecieron en
colonias a lo largo de la costa del noreste de Norteamérica; para
el año de 1830, el territorio ya no fue lo suficientemente extenso
para la cantidad de pobladores (las olas de inmigrantes procedentes de Europa
continuaron por mucho tiempo). Los colonos decidieron aventurarse a conquistar
el territorio hacia el oeste. El oeste era muy salvaje y sus condiciones
eran muy hostiles para el hombre, a veces no había suficiente agua
y las guerras en contra de los indios eran constantes. Sin embargo, los antiguos
ciudadanos estadounidenses lograron sobrevivir y prosperar gracias a su esfuerzo
personal. Esta experiencia les dio las características de autosuficiencia
e individualismo, tan importantes en la formación del carácter
estadounidense.
La religión protestante, más el hecho de haber prosperado en
un territorio salvaje, les inculcó a los estadounidenses la
ideología de que son un pueblo divino, distinto a todos los demás,
y con la misión de servir como ejemplo para el resto de la humanidad.
El énfasis en el trabajo individual, en la auto-superación,
y en su fe en Dios no solo influye la vida diaria de muchos de los
estadounidenses, sino también los diferencia del resto del mundo.
Los individuos que conforman el gobierno estadounidense también traen
consigo estos valores y pretenden actuar de acuerdo a ellos. Para poder
evidenciar esta afirmación se realizó un estudio de las tres
etapas en los anales de la política exterior estadounidense, las cuales
son: la etapa aislacionista, la etapa expansionista, y la etapa activa; tratamos
sus principales características y la retórica Idealista utilizada
para justificar sus acciones en el exterior en cada una de las etapas.
En la etapa aislacionista de su política exterior y en sus primeros
años como nación, Estados Unidos poseía una democracia
muy débil, necesitaba tiempo y espacio para fortalecerse. Estados
Unidos adoptó una política exterior aislacionista y de esta
manera se mantuvo tranquilo para desarrollar su proyecto de democracia. El
ciudadano estadounidense atribuía las acciones de su país a
una superior visión moral y no a los intereses que exigía la
seguridad de la nación; no consideraba que el aislacionismo tenía
fines prácticos, como el fortalecimiento de la independencia, para
él, la separación de Europa representaba una división
entre los hombres agraciados por Dios y los hombres comunes.
En la segunda etapa, la expansionista, Estados Unidos inicia con el deseo
de ejercer sobre el mundo su papel de guía para la humanidad, se dispuso
a actuar como defensor de la justicia y los norteamericanos acordaron terminar
con el aislacionismo. Esta etapa presenta una nación con un gran poder
político y económico, sin olvidar, por supuesto, el compromiso
con los valores nacionales.
Para poder justificar sus políticas más activas hacia otros
países, lo cual debilitaría considerablemente su filosofía
de buena voluntad, se escudaron tras la ideología del Destino Manifiesto
y la Doctrina Monroe. El Destino Manifiesto postula que es deber sagrado
de los Estados Unidos expandir su territorio hacia todo el norte de
América, debe controlar por completo el hemisferio oeste, y continuar
con la propagación mundial de la moral y la justicia. Por su parte,
la Doctrina Monroe decreta la prohibición para cualquier nación
europea de establecer nuevas colonias en el Continente Americano, en otras
palabras, Europa no debía inmiscuirse en los asuntos de América,
y más bien debería dejar a los Estados Unidos como el policía
que se encargaría de que esta doctrina se cumpliera, dándoles
la autoridad de intervenir en cualquier Estado del Continente Americano.
A partir de la Segunda Guerra Mundial la política exterior de los
Estados Unidos entró a su etapa activa. El ciudadano estadounidense
se percató de que sus barreras naturales ya no eran suficientes para
su protección. Estados Unidos aceptó la tarea de defender y
proteger de manara activa la justicia en todo el mundo; adoptó un
papel de guía internacional en que la guerra o la paz, progreso o
estancamiento, dependían de los norteamericanos.
La guerra sirvió para convertir a Estados Unidos en una
súper-potencia; se terminaron los efectos negativos de la Gran
Depresión, la economía creció mucho, hubo un gran
crecimiento económico y también poblacional. La nación
estadounidense se convirtió en un país urbano de clase media
y gozaba de un alto nivel de vida. Aun más importante que la prosperidad
económica, fue el fortalecimiento de su ideología de "Divina
Providencia". El hecho de haber comenzado como un mero conjunto de colonias
inglesas, y haber prosperado hasta ganar dos guerras mundiales y constituir
una potencia económica sin rival los dejaba sin duda alguna de que
constituían el pueblo elegido por Dios, superior a todos los demás.
Citamos tres ejemplos en la historia de la política exterior de los
Estados Unidos para ejemplificar su carácter Realista. El primero
es el de la compañía particular United Fruit Company, la cual
tenía sus plantas en Centroamérica y explotaba las tierras
y a sus empleados por igual. Cuando, en 1945, uno de los gobiernos, el de
Guatemala, le exigió a la United Fruit Company mejores condiciones
para los trabajadores y le anunció la expropiación de un sector
de sus tierras, la empresa norteamericana los denunció como comunistas,
y junto con el gobierno estadounidense, derrocaron el gobierno reformista
e instalaron uno nuevo que siguiera las direcciones de los Estados Unidos.
Para el pueblo estadounidense esta acción no representaba un
intervencionismo con intereses íntegramente económicos, sino
una victoria más en contra del comunismo.
El segundo ejemplo es el Canal de Panamá. Tras haber contribuido a
la independencia de la provincia de Panamá (1903), los Estados Unidos
firmaron el tratado de la construcción de un canal que atravesaba
Panamá y conectaba el Océano Atlántico con el Pacifico.
El tratado del canal le otorgaba a los Estados Unidos su concesión
a perpetuidad, sobre la cual ejercería su propia soberanía.
Los fundadores de Panamá no tuvieron alternativa más que acceder
al trato, ya que de rehusarse, Estados Unidos hubiera retirado todo su apoyo
y la nueva nación quedaría totalmente vulnerable a amenazas
extranjeras. Una vez más los ciudadanos estadounidenses vieron la
adquisición del canal como lo lógico después de haberles
otorgado el derecho de la libertad. Nunca reflexionaron que el Canal de
Panamá representaba algo indispensable para el destino de los Estados
Unidos como potencia mundial.
El tercer, y ultimo, ejemplo lo representa la Guerra de las Malvinas entre
Inglaterra y Argentina, donde ambas partes reclamaban su posesión.
La política exterior de los Estados Unidos se encontró ante
una complicada disyuntiva; tenía que decidir a quién apoyar,
si a un aliado europeo perteneciente a la OTAN con el que compartía
lazos históricos y el deseo de contener a la Unión Soviética,
o bien, a un Estado americano que necesitaba de su apoyo. Al analizar los
dos escenarios los Estados Unidos eligieron proteger la relación que
les traía más beneficios, no les importó la renuncia
a sus principios.
Para finalizar nuestra tesis, presentamos el capítulo "La política
exterior contemporánea de los Estados Unidos", en el cual hicimos
un estudio de la actual política exterior estadounidense y propusimos
constantes a futuro. Actualmente la política exterior carece de un
apoyo total por parte de su población; la suma del movimiento de los
derechos civiles que experimentó internamente y las acciones
intervencionistas llevadas a cabo durante la Guerra Fría dieron como
resultado una sociedad estadounidense dividida.
Esta división se incrementó tras el ataque terrorista que sufrieron
los Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001 y la declaración de
guerra por parte del gobierno estadounidense en contra del terrorismo y en
contra de toda posible amenaza a la paz mundial, esta declaración
implica que cualquier Estado puede ser el objetivo de las fuerzas militares
estadounidenses. Después de este atentado terrorista, los ciudadanos
se esforzaron por comprender el repudio que se le tenía a la presencia
estadounidense en el exterior. Muchos fueron los que, sin apoyar al terrorismo,
comprendieron el sentimiento anti-americano y rechazaban la política
exterior de su gobierno de irse a la guerra. La mayoría de las naciones
del orden internacional tampoco apoya la decisión de la política
exterior estadounidense de iniciar guerras preventivas alrededor del mudo.
El sector, tanto interno como externo, que apoyaba a la política exterior
de los Estados Unidos se adelgazó más de lo que ya estaba.
Concluimos el capítulo, y la tesis, con lo que a nuestra
consideración es el camino adecuado para que la política exterior
de los Estados Unidos recupere el consenso interno perdido. La ideología
Realista debe remplazar a la ideología Idealista como la base de la
política exterior estadounidense. Exponiendo razones objetivas, como
las anteriores, es el camino adecuado para obtener la aprobación interna
y del orden internacional, de lo contrario las acciones resultaran
contraproducentes para los Estados Unidos. Al llevar a cabo acciones unilaterales
en el exterior, Estados Unidos fortalecerá el sentimiento anti-americano,
y se verá actuando en el escenario internacional sin aliados ni apoyo
de otras naciones. Los norteamericanos no son lo suficientemente ricos o
poderosos para actuar de forma unilateral, sin tomar en cuenta al resto del
mundo.
Sin importar cuál haya sido el periodo histórico, la política
exterior de los Estados Unidos se ha basado en la satisfacción de
sus propios intereses y al mismo tiempo se cobija con la voluntad de Dios
para justificar sus acciones. Hoy en día esta clase de política
exterior estadounidense continúa vigente. Sin embargo, la falta de
consenso nacional, fundamental para el éxito de cualquier política
del gobierno, deja la puerta abierta para una nueva etapa. |