Título: Perfil de riesgo cardiovascular en los corredores populares de Galicia
Autores: Seijo Bujía, Marcos Antonio
Fecha: 2013
Publicador: Dialnet (Tesis)
Fuente:
Tipo: text (thesis)
Tema: Fisiología del ejercicio
Descripción: Introducción y objetivos. En los últimos años se viene observando un notable incremento del número de personas aficionadas a la carrera, que participa en competiciones populares de mayor o menor distancia y que entrena regularmente para ello. Las razones que provocan esta participación son múltiples y están interrelacionadas, pero la principal es la satisfacción que les produce correr (García Ferrando, 2001). En consecuencia, estas personas acumulan muchas horas de ejercicio con intensidades variables y en muchos casos sin conocer o sin tener en cuenta su nivel de riesgo cardiovascular (RCV) y sin adaptar el esfuerzo que realizan a dicho nivel. La práctica de actividad física aeróbica, de larga duración, intensidad ligera o moderada y prescrita adecuadamente, produce adaptaciones que benefician a la salud (Boraita Pérez, 2008; Serra Grima et al., 2007; Williams, 2009; ACSM, 2009). La contraposición entre los riesgos y los beneficios de la práctica deportiva es claramente favorable a éstos, pero desconocer en qué condiciones de salud se practica deporte puede llegar a suponer un problema. En este sentido, la presencia de enfermedad cardiovascular, pulmonar o metabólica, o bien de signos o síntomas de enfermedad, o la existencia de factores de riesgo cardiovascular, sitúa al deportista en un nivel de RCV que condiciona su práctica (ACSM, 2009), y por ello, se debe tener en cuenta que realizar determinado tipo e intensidad de ejercicio en personas con elevado nivel de RCV incrementa la probabilidad de que aparezca un suceso cardiovascular no deseado. En estos casos, el riesgo que se asume es voluntario y el resultado puede ser catastrófico. En cambio, si se estratifica correctamente el riesgo y se prescribe el ejercicio correctamente, se minimiza la probabilidad de complicaciones y se optimiza la consecución de los beneficios (Manonelles et al., 2006). Varios estudios (Pelliccia and Maron, 1995; Boraita et al., 2000; Maron et al., 1996) indican que el medio más importante de prevención de la muerte súbita deportiva es la valoración de la aptitud física a través de un reconocimiento médico deportivo previo al inicio de la actividad física. Esta medida está recogida en nuestro país por el artículo 59.3 de la Ley 10/1990 del Deporte y por el Real Decreto 641/2009 (CSD, 2011). En una línea similar, la Sociedad Europea de Cardiología recomienda a todas las personas mayores de 35 años que vayan a iniciar un programa de actividad física, con objeto de identificar el RCV, realizar una autoevaluación a través de un cuestionario autoadministrado, en función de su estatus deportivo anterior y de la intensidad de su práctica (Borjesson et al., 2011). Esta entidad recomienda que en los casos de riesgo moderado, cuando se practique ejercicio de intensidad elevada, así como en los casos de riesgo alto, se realicen evaluaciones médicas más exhaustivas. Es probable que un elevado porcentaje de corredores tenga un RCV que, de acuerdo con el ACSM (Jonas and Phillips, 2009), requeriría una evaluación y asesoramiento médico especializado, así como la planificación y el control de la actividad por parte de un entrenador titulado, con la intención de adecuar el esfuerzo al RCV. Por consiguiente, se planteó un estudio de investigación que tenía como principales objetivos los siguientes: 1. Conocer el perfil de riesgo cardiovascular en corredores y corredoras populares de Galicia y sus causas. 2. Saber si los corredores y las corredoras populares realizan una evaluación médica más exhaustiva cuando su perfil de riesgo cardiovascular lo aconseja. 3. Evaluar si la práctica deportiva de cada corredor y corredora popular durante los entrenamientos cardiovasculares y las competiciones se adecua a su nivel de riesgo cardiovascular. 4. Conocer si los corredores y corredoras populares cuentan con asesoramiento de entrenadores titulados para planificar su práctica deportiva cuando su situación de riesgo lo aconseja. Material y métodos. En este estudio participaron 1.655 corredores populares mayores de 16 años (edad media de 39,43 años, D.E. 8,43) 89,36% hombres y 10,63% mujeres, residentes en la Comunidad Autónoma de Galicia y que tomaron parte durante los años 2009, 2010 o 2011 en carreras populares celebradas en dicha Comunidad. Esta muestra fue obtenida de una población aproximada de 8000 corredores populares registrada en la base de datos de la empresa de gestión de inscripciones y resultados en carreras populares Championchip Norte. Para recolectar la muestra se realizó en un primer momento (abril de 2009) el enlace del cuestionario telemático basado en el AHA/ACSM Healt/Fitness Facility Preparticipation Screening Questionnaire (Balady et al., 1998), a la plataforma de inscripción (Championchip norte) en el medio maratón Coruña 21, celebrado en mayo del 2011. Posteriormente (junio de 2011) y tras comprobar la validez del cuestionario, se envió un mail personal a cada uno de los corredores recogidos en la base de datos de Championchip norte, que compitieron entre el 2009 y el 2011, invitándoles a cumplimentar voluntariamente un cuestionario. El cuestionario de salud cardiovascular incluía preguntas sobre las variables biológicas, sociodemográficas y antropométricas de los corredores, así como de enfermedad cardiovascular, metabólica o pulmonar, signos y síntomas de enfermedad cardiovascular, factores de riesgo cardiovascular, hábitos sociales y hábitos deportivos. Esta información se almacenó directamente en una base de datos de acceso restringido y controlado mediante usuario y contraseña. La seguridad de los datos estuvo garantizada, conforme a lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, mediante la inscripción y seguridad del fichero en la agencia Española de Protección de Datos. El cuestionario se elaboró con un alto grado de estandarización. Las preguntas se formularon de manera sencilla, breve, comprensible y cerrada; presentando diferentes grados de codificación y siendo adecuadas al objetivo real de la pregunta. Se trataba de preguntas válidas, que se ajustaban a la obtención de los indicadores que deben averiguar y estaban formuladas de forma inequívoca, de manera que todos los encuestados las podían interpretar de igual manera. Cada pregunta se refería a un sólo hecho, no contenían presuposiciones, no estaban formuladas de forma sugerente para evitar el propiciar una determinada respuesta y no contenían valoraciones personales. En todo momento se procuró adecuar las preguntas a la percepción, conocimientos y horizonte de previsión de los encuestados (Heinemann, 2008; Hernandez et al., 2008; Ruiz et al., 2009). Las indicaciones acerca del cuestionario estaban redactadas al inicio del mismo, señalando el motivo de la realización de este estudio, la forma de cubrir el cuestionario y lo que aportaba al encuestado. Las preguntas respondían a una sucesión psicológicamente adecuada, con un orden que .se estructuraba en los siguientes apartados: - Preguntas sobre aspectos biológicos, sociodemográficos y antropométricos. - Preguntas sobre enfermedad cardiovascular. - Preguntas sobre signos y síntomas de enfermedad cardiovascular. - Preguntas sobre enfermedad metabólica y pulmonar. - Preguntas sobre factores de riesgo cardiovascular. - Preguntas sobre hábitos sociales y deportivos. En el proceso del cuestionario se evitaron los efectos eco de las preguntas y se estableció un sistema informático de filtrando automático de las preguntas no destinadas al encuestado. El periodo de obtención de datos se cerró en noviembre de 2011. Se recogieron 2.200 cuestionarios que fueron analizados para descartar los duplicados, los incompletos y los erróneos, realizándose finalmente el estudio sobre 1.655 cuestionarios válidos. Para la eliminación de cuestionarios se utilizaron los siguientes criterios: Cuestionarios duplicados: - Aquéllos que tenían el mismo correo electrónico. - Aquéllos en los que coincidían las respuestas a las preguntas sobre variables biológicas, sociodemográficas, antropométricas y de hábitos deportivos. Las variables que debían coincidir fueron: provincia, edad, IMC, género, federado, nivel de estudios, sesiones a la semana de entrenamiento cardiovascular, entrenador titulado. En el supuesto de coincidir las respuestas a estas variables, pero existir una ligera variación en el IMC, el cuestionario se eliminó si la altura del corredor coincidía. El cuestionario también se eliminó en el supuesto de coincidir las respuestas a las variables indicadas, pedro existir una diferencia de 1 año en la edad. Cuestionarios incompletos: - Aquellos en los que se omitía la respuesta en alguna de las variables de estudio. Cuestionarios erróneos: - Aquellos cuya respuesta a determinada pregunta contradecía la respuesta a alguna otra. Ejemplo: respuesta negativa a la pregunta ¿Toma algún medicamento para el corazón, para la tensión arterial o para la circulación?, pero positiva a la pregunta ¿Toma medicamentos para bajar la tensión arterial? Para responder a los objetivos se siguieron los criterios de interpretación recomendaciones de la AHA y el ACSM, la FEMEDE, la Sociedad Española de Cardiología y la Sociedad Europea de Cardiología, de manera que: Objetivo 1: Si la respuesta a alguna de las variables incluidas en los apartados de enfermedad cardiovascular, pulmonar o metabólica, así como a alguna de los referentes a signos y síntomas de estas enfermedades, era afirmativa, la persona se clasificaba como RCV alto. De lo contrario, si la persona presentaba dos o más factores de riesgo cardiovascular se clasificaba como RCV moderado, y en el caso de presentar menos de dos factores de riesgo cardiovascular se clasificaba como RCV bajo. Objetivo 2: Una revisión médica más exhaustiva deben realizarla todas aquellas personas que: - Presentan PRC alto. - Presentan PRC moderado y realizan ejercicio físico a intensidad elevada. Se consideró realizada una revisión médica más exhaustiva cuando se cumplió una de estas dos opciones: - Consulta con un médico especialista en medicina del deporte y prescripción de prueba cardiaca (electrocardiograma o ecocardiograma). - Consulta con un médico especialista en medicina del deporte y realización de prueba de esfuerzo. Objetivo 3: La adecuación de la intensidad de práctica al nivel de riesgo cardiovascular, durante los entrenamientos cardiovasculares y las competiciones, se determinó en las personas expuestas a riesgo cardiovascular: - Corredores con RCV moderado que realizaban ejercicio físico intenso y no realizaron una revisión médica más exhaustiva. - Corredores con RCV alto, para cualquier nivel de intensidad de práctica deportiva, que no realizaron una revisión médica más exhaustiva. - Corredores que tenían limitación facultativa para la práctica de ejercicio físico. Objetivo 4: Deben tener entrenador titulado todas aquellas personas que: - Presentan PRC alto. - Presentan PRC moderado y realizan ejercicio físico a intensidad elevada. Para responder a los objetivos planteados se registró la presencia de las siguientes variables: Enfermedad de corazón, pulmonar o metabólica. - Enfermedad de corazón. o Ataque cardiaco. o Operación de corazón. o Cateterización cardiaca. o Angioplastia coronaria o stent. o Marcapasos o desfibrilador. o Problema en alguna válvula del corazón. o Fallo cardiaco. o Transplante de corazón. o Enfermedad cardiaca congénita. - Asma o problemas respiratorios. - Diabetes, glucosa elevada o consumo de medicación para reducir los niveles de diabetes o glucosa. Signos o síntomas de enfermedad. - Presión, molestias o dolor en el pecho con la actividad física. - Dificultad fuera de lo normal al respirar durante la actividad física. - Tos, sibilancias o dificultad para respirar durante o después de la actividad física. - Mareos, desmayos o pérdida de conocimiento durante o después de la actividad física. - Palpitaciones del corazón o latidos irregulares estando en reposo. - Arderle o hincharle las piernas incluso cuando camina distancias cortas. Factores de riesgo cardiovascular. - Edad: hombre mayor de 55 años o mujer mayor de 65 años, con menopausia o extirpación de ovarios. - IMC mayor o igual a 30. - Hábito tabáquico: ser fumador/a. - Tensión arterial elevada o tomar medicación para reducir la tensión arterial. - Desconocer los valores de la tensión arterial. - Colesterol o triglicéridos elevados o tomar medicación para reducir el colesterol y los triglicéridos. - Desconocer los valores del colesterol o los triglicéridos. - Tener elevados los niveles de glucosa. - Tener un pariente cercano, padre o hermano antes de los 55 años, madre o hermana antes de los 65 años con un ataque al corazón (infarto o angina de pecho). - Algún pariente cercano tiene o tuvo un problema cardíaco. - Sedentarismo: menos de tres sesiones de actividad física suave o moderada. Revisión médica. - Realizar consulta médica con especialista en medicina del deporte. - Prescripción de prueba cardiaca. - Realización de prueba de esfuerzo. Supervisión por entrenador titulado. - Entrenamiento desarrollado y controlado por un entrenador titulado. Intensidad de esfuerzo. - Valoración de la intensidad de esfuerzo en competición a través de la escala de Borg. Una vez recolectados y depurados los datos, se procedió a su tratamiento estadístico con el software SPSS 15.0 para Windows. A través de este programa se obtuvo la estadística descriptiva de las variables cuantitativas, así como la relación entre variables cualitativas mediante tablas de contingencia. Resultados Características generales: La evaluación fue realizada a 1655 personas, de las que el 89,4% fueron hombres (edad: 39,63±8,49 años) y el 10,6% mujeres (edad: 37,70±7,76 años), con un IMC de 24,19±2,51, significativamente menor en las mujeres (24,43 hombres vs. 22,12 mujeres). El 56,4% tenía estudios universitarios, con mayor porcentaje entre las mujeres (67,6% mujeres vs. 55,1% hombres); el 83,1% no estaba federado (83,2% hombres vs. 82,4% mujeres); el 92,8% entrenaba con regularidad, aunque era significativamente mayor en los hombres que las mujeres (93,4% hombres vs. 88,1% mujeres); la media de años continuos de entrenamiento fue 9,50±9,26 años (con un rango entre 0 y 50) y significativamente mayor en los hombres (9,76 hombres vs. 7,56 mujeres). La media de sesiones semanales de entrenamiento cardiovascular fue 3,72±1,62, (3,72 hombres vs. 3,74 mujeres) y la media de competiciones realizadas al mes fue 1,03 ± 1,05 (1,04 hombres vs. 0,92 mujeres). Objetivo 1: El nivel de RCV de los corredores encuestados fue bajo en el 31,6% (32,1% hombres vs. 27,3% mujeres), moderado en el 30,5% (31,4% hombres vs. 27,3% mujeres) y alto en el 37,9% (36,5% hombres vs. 50,0% mujeres). La causa más frecuente para presentar RCV alto fue la presencia de al menos un síntoma con el 84,6% de las personas con PRC alto. El síntoma más frecuente fue palpitaciones del corazón o latidos irregulares en reposo con el 29,9%. La ECV más frecuente fue la presencia de un problema en alguna válvula de corazón. El FRC con mayor presencia entre las personas con PRC moderado fue el desconocimiento de la tensión arterial, con el 53,4% de las mismas. El más frecuente entre las personas con PRC bajo fue la presencia de un pariente cercano con ataque de corazón o problema cardiaco, con el 16,6%. Objetivo 2: De las 1655 personas estudiadas, 1006 precisaban realizar una revisión médica más exhaustiva, lo que se traduce en el 60,8% (60,4% hombres vs. 64,2% mujeres). De las 1006 personas que precisaban realizar una revisión médica más exhaustiva, no la realizaron 810 personas, lo que se traduce en el 80,5% (79,6% hombres vs. 87,6% mujeres). Objetivo 3: Las personas expuestas a RCV eran 824 (810 personas que precisándolo, no realizaron la revisión médica, más 14 personas que, tras la revisión médica, tenían limitaciones para la práctica). De las 824 personas con RCV, el 86,4% (86,0% hombres vs. 89,1% mujeres) entrenaban a niveles de esfuerzo que superaban lo adecuado. De las 824 personas con RCV, el 98,1% (89,9% hombres vs. 99,0% mujeres) competían a niveles de esfuerzo que superaban lo adecuado. Objetivo 4: De las 1006 personas en las que estaba aconsejado tener un entrenador titulado, disponía del mismo el 16,2% (14,8% hombres vs. 27,4% mujeres). De las 810 personas que precisándolo, no realizaron la revisión médica, disponía de entrenador titulado el 13,3% (11,8% hombres vs. 24,2% mujeres). De las 196 personas que precisándolo, sí realizaron la revisión médica, disponía de entrenador titulado el 28,1% (26,4% hombres vs. 50,0% mujeres). Discusión Las características generales de la muestra reflejan que los corredores y corredoras populares conforman un colectivo heterogéneo. Respondiendo al primer objetivo, los resultados reflejaron un elevado porcentaje de personas con RCV alto, con mayor incidencia entre las mujeres. Respondiendo al segundo objetivo, más de la mitad de las personas de la muestra precisaban realizar un reconocimiento médico más exhaustivo, con mayor necesidad entre las mujeres, pero su realización fue muy baja, tanto en hombres como en mujeres, siendo menor en éstas. Respondiendo al tercer objetivo, un elevado porcentaje de personas expuestas a RCV entrenaba y competía por encima de las intensidades aconsejadas, siendo la intensidad superior durante las competiciones, así como entre las mujeres. Respondiendo al cuarto objetivo, de entre todas las personas en las que estaba aconsejado tener un entrenador titulado, sólo disponía del mismo el 16,2%, siendo superior su presencia entre las personas que habían realizado un reconocimiento médico, así como entre las mujeres. Todo ello refleja que un número elevado de los corredores encuestados presentó RCV moderado o alto y que muy pocos habían pasado una evaluación médica previa y especializada que hubiera sido recomendable antes de iniciar la práctica del deporte a las intensidades con las que lo hacen. Por lo tanto, su situación de riesgo cardiovascular no está correctamente evaluada y practican deporte en una situación de riesgo potencial. Todavía fue menor el número de deportistas que disponía de un entrenador personal para planificar y supervisar sus entrenamientos, de manera que la práctica deportiva tampoco era la adecuada para su situación de riesgo. Conclusiones - El 89,4% de las personas del estudio fueron hombres (edad: 39,63±8,49 años) y el 10,6% mujeres (edad: 37,70±7,76 años), con un IMC de 24,19±2,51, significativamente menor en las mujeres. El 56,4% tenía estudios universitarios, con mayor porcentaje entre las mujeres (67,6% mujeres vs. 55,1% hombres); el 83,1% no estaba federado; el 92,8% entrenaba con regularidad, aunque era significativamente mayor en los hombres que las mujeres; la media de años continuos de entrenamiento fue 9,50±9,26 años (con un rango entre 0 y 50) y significativamente mayor en los hombres. La media de sesiones semanales de entrenamiento cardiovascular fue 3,72±1,62, y la media de competiciones realizadas al mes fue 1,03 ± 1,05. - El 37,9% de los corredores y las corredoras estudiados presentó PRC alto, el 30,5% PRC moderado y el 31,6% PRC bajo. Las mujeres presentaron mayor porcentaje de PRC alto que los hombres (50,0% vs. 36,5%), mientras que los hombres tuvieron más porcentajes de PRC moderado y bajo. La causa principal para clasificar a las personas en el PRC alto fue la presencia de al menos un síntoma de ECV (84,6%), con una frecuencia significativamente mayor en las mujeres que en los hombres (93,2% vs. 83,1%). La segunda causa fue la presencia de asma o problemas respiratorios, con el 24,4% (25,2% hombres vs. 19,3% mujeres). - La causa principal para clasificar a las personas en el PRC alto fue la presencia de al menos un síntoma de ECV (84,6%), con una frecuencia significativamente mayor en las mujeres que en los hombres (93,2% vs. 83,1%). La segunda causa fue la presencia de asma o problemas respiratorios, con el 24,4% (25,2% hombres vs. 19,3% mujeres). Los síntomas más frecuentes de ECV, sin diferencias significativas entre sexos, fueron las palpitaciones o latidos irregulares en reposo (29,9%) y los desmayos o pérdida de conocimiento durante o después de la AF (22,1%). La presencia de tos, sibilancias o problemas para respirar durante o después de la AF fue significativamente mayor en las mujeres que en los hombres (22,4% vs. 14,2%). - Las dos variables más frecuentes para establecer el PRC moderado entre los corredores y las corredoras fueron el desconocimiento de la tensión arterial (53,4%) y la presencia de antecedentes familiares de patología cardiaca (48,6%). - De acuerdo con el PRC obtenido a través del cuestionario, en el 60,8% de los corredores y las corredoras del estudio estaría aconsejada una evaluación médica más exhaustiva, y de este porcentaje, sólo la realizó el 19,5%, con diferencias significativas entre los hombres y las mujeres (20,4% hombres vs. 12,4% mujeres). En consecuencia, el 80,5% de los corredores y las corredoras que deberían haber realizado una evaluación médica más exhaustiva, entrena o compite sin haber valorado convenientemente su riesgo cardiovascular. - El 49,8% de los corredores y las corredoras del estudio presentó PRC alto y moderado sin evaluación médica o con restricciones facultativas para la práctica deportiva; de este porcentaje, el 86,4% entrenaba por encima de la intensidad aconsejable y el 98,1% competía por encima de esa intensidad. - Sólo disponía de entrenador titulado el 16,2% de las personas en las que estaría aconsejado contar con la planificación y supervisión de un profesional del ejercicio. Las mujeres contaron con entrenador personal en mayor medida que los hombres.
Idioma: spa