Descripción: |
Se realiza un estudio sobre la ascariosis en el cerdo ibérico, tanto en condiciones
naturales como experimentales. Se pretende ampliar los conocimientos de esta
frecuente parasitación en diferentes campos, englobando aspectos parasitológicos,
inmunológicos, patológicos y zootécnicos, los cuales pudieran redundar en el control
y la mejora sanitaria de las explotaciones ganaderas de esta peculiar raza porcina.
Con este objeto, se plantea por un lado, un estudio con 95 animales, de 12-14
meses y 130-180 Kg, sacrificados en matadero, a los que se les extrajeron los
sistemas viscerales y el suero sanguíneo para su análisis, en aras a un mayor
conocimiento de la ascariosis en condiciones naturales.
Por otro lado, se diseñan otros dos experimentos, temporalmente
consecutivos, para el estudio de la ascariosis en condiciones experimentales. El
primero de ellos consiste en el análisis de 13 animales de raza ibérica, que fueron
sometidos a las más diversas pautas de infección y cuyos resultados constituirían la
base para la realización del segundo experimento, y cuerpo fundamental de esta
memoria. En este último, se utilizan 56 animales de ambos sexos divididos en 7 lotes.
Cada lote se constituye por 5 animales, de 4 meses de edad y por 3 animales, de 2
meses de edad. Resumiendo, los dos primeros lotes se usan como controles, no
infectado y control del reto (lotes 1 y 2, respectivamente). Otros dos grupos (lotes 3
y 4) reciben dosis, semanalmente crecientes, de huevos infectantes (500, 1000, 2000,
5000, 10000 y 20000), añadiendo al pienso del lote 4 pamoato de pirantel a lo largo
de todo el periodo de estudio, y coincidiendo con las infecciones semanales. Los tres
grupos restantes fueron inmunizados con sendas proteínas; a saber, de 14 y 42 kDa,
obtenidas a partir del fluido pseudocelómico de los vermes adultos (lotes 5 y 6) y de
97 kDa, obtenida a partir de la cutícula de los mismos (lote 7). Todas ellas fueron
inoculadas semanalmente, a razón de 1 µg de proteína/Kg peso vivo. Finalmente,
todos los lotes (excepto el control 1 no infectado) fueron retados con 10.000 huevos
una semana antes de su sacrificio.
Para la obtención de elementos infectantes, a partir de los huevos aislados del
útero de hembras adultas, se ensayan diferentes condiciones de cultivo.
El nivel de protección y resistencia en los diferentes lotes se determina en
base al número, aspecto y configuración de manchas de leche en hígado y de larvas
recuperadas en pulmón, utilizando los métodos de Baermann y de digestión pépsica.
Además, semanalmente, se tomaron muestras de sangre para conocer el nivel
de IgG e IgM mediante la técnica inmunoenzimática ELISA y frente a 7 antígenos
diferentes del parásito (fluido pseudocelómico y cutícula de adultos, somático y
excretor-secretor de larvas y las proteínas de 14, 42 y 97 kDa, antes mencionadas).
Para los estudios patológicos, histopatológicos e inmunohistoquímicos, se
obtienen diferentes órganos de los cerdos experimentales, los cuales se fijan en
formol tamponado al 10 % y se incluyen en parafina de bajo punto de fusión para su
posterior procesamiento y tinción.
Por último, se determina la influencia de esta parasitosis en la ganancia de
peso corporal en los diferentes lotes del estudio y el perfil lipídico de la grasa
hepática y muscular.
El estudio de la ascariosis natural revela, por técnicas convencionales de
necropsia y coprología, más de un 61 % de cerdos parasitados por A. suum. No
obstante, las técnicas coprológicas presentaron un 18,94 % de falsos positivos y un
11,57 % de falsos negativos respecto a la presencia de adultos intestinales. Utilizando
la técnica ELISA, el 100 % de los cerdos resultaron ser serológicamente positivos al
parásito, al menos frente a algún antígeno procedente de vermes adultos. No obstante,
la intensidad de esa respuesta sérica no se correlaciona con el número de vermes en
intestino ni con el número de elementos de diseminación parasitarios.
Las diferentes pruebas realizadas, con el fin de obtener las condiciones
óptimas en el desarrollo embrionario de los huevos de A. suum con fines
experimentales, muestran que las condiciones ambientales de temperaturas (23-
26ºC), luminosidad y humedad, con una concentración de 25 huevos/µl en medio
NaOH 0,1N, durante 4-5 semanas de cultivo, son las más adecuadas, al menos en
nuestras condiciones laboratoriales.
Los niveles de protección alcanzados fueron extraordinariamente importantes
en los cerdos reinfectados, consiguiendo evitar casi el 100 % de la migración larvaria
a nivel pulmonar. En estos mismos animales, la resistencia prehepática también fue
importante, al igual que la protección lograda con algunas fracciones proteicas
ensayadas, que llega al 80 %, a nivel prehepático y hasta el 99 %, a nivel
posthepático. Estos resultados abren un nuevo camino a la posibilidad del control de
esta parasitosis mediante ensayos inmunoprotectores con extractos proteicos
purificados obtenidos del propio parásito.
Los resultados demuestran que no existe una clara relación entre el nivel de
IgG y el grado de resistencia a la migración larvaria a nivel hepático. Sin embargo,
parece que los elevados niveles de esta inmunoglobulina confieren un cierto grado
de protección a nivel pulmonar. Por su parte, la presencia de IgM demuestra un papel
primordial en la resistencia pre y posthepática, previniendo la aparición de las
manchas de leche.
En los dos tipos de inmunoglobulinas, los antígenos procedentes del
componente excretor-secretor de las larvas fueron los que presentaron, en general, un
mayor nivel de reconocimiento mediante la técnica ELISA. Por el contrario, las
respuestas más débiles, en ambas inmunoglobulinas, se obtienen frente al antígeno
obtenido de la fracción de 14 kDa.
En cuanto a la patología desencadenada tras la infección por A. suum, destaca
la importante eosinofilia sanguínea y tisular, alcanzado las tasas hemáticas más
elevadas a la 3ª-4ª s.p.i.
Las inmunizaciones con proteínas del parásito no provocan aumento de
eosinófilos sanguíneos durante la fase de inmunización, aunque estimulan el sistema
inmunológico, de forma que el contacto con las propias fases larvarias, tras el reto,
da lugar a una activación policlonal de tipo secundario, con aumento exponencial del
número de dichos eosinófilos.
En esta patología tisular se observan las típicas manchas de leche, provocadas
por la migración larvaria, de 4 tipologías diferentes, en función del tiempo de
infección y del componente inmunomediado de las mismas. Las de tipo reticular
aparecen tempranamente, son grandes, no prominentes y su estudio
inmunohistoquímico demuestra un abundante depósito de antígenos de A. suum.
Otros dos tipos de manchas son, por un lado, las de tipo ¿foggy¿, de 5-10 mm,
visualizadas como una ligera opalescencia de la cápsula hepática y, por otro lado, las
grandes manchas de más de 6-10 mm, duras y salientes, con centro definido. Por
último, se denotan las de tipo linfonodular, las más tardías, de 1-2 mm, duras y
prominentes al tacto.
El estudio inmunohistoquímico demuestra la existencia de abundante depósito
de antígenos de A. suum, tanto de adultos como larvarios, así como de las fracciones
proteica; su ubicación principal se sitúa a nivel del tejido conectivo intersticial.
Además se encuentran depósitos en macrófagos, conductos biliares y colangiolos.
En cuanto a la detección de inmunoglobulinas a nivel tisular, la IgA es la que
se evidencia en mayor cantidad y con mayor frecuencia, sobre todo, en la luz y
epitelio bronquial, en la lámina propia de la mucosa intestinal y en gran cantidad de
células plasmáticas. La detección de IgG fue escasa, solamente a nivel del intersepto
pulmonar y de la mucosa intestinal, en los lotes reinfectados y en el lote 6, mientras
que la IgM no fue detectada en ninguno de los tejidos analizados.
La influencia de la infección experimental seriada con A. suum, así como la
inmunización con ciertas proteínas del parásito, no tienen una significativa influencia
en la ganancia de peso corporal de los animales del estudio. No obstante, los
animales primoinfectados, experimentan un cierto detrimento en la ganancia de peso
corporal, indicando que una inmunidad previa a la infección, que evitara fuertes
parasitaciones, implicaría indirectamente, un mejor rendimiento en el crecimiento de
los lechones.
El análisis de los perfiles lipídicos en extractos hepáticos y musculares, no
evidencia claras diferencias, ni cuantitativas ni cualitativas, entre los distintos lotes
experimentales. Únicamente se observó que, los lotes que presentaron mayor número
de manchas de leche, mostraron una ligera menor cantidad de ácidos grasos totales
hepáticos que el resto, posiblemente debido al mayor porcentaje de tejido fibroso en
dicha localización. |