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La tradición de la poesía y las composiciones sobre el sueño en la cultura del Renacimiento
hispánico ha seguido una trayectoria distinguible desde el Marqués de Santillana, Alfonso de la
Torre, Juan Bautista Villalpando hasta los sueños poéticos de los seguidores de Góngora, como
Pedro Soto de Rojas y Sor Juana Inés de la Cruz. Son especialmente los largos poemas de los
últimos donde podemos encontrar un uso intenso de las figuras emblemáticas. El Primero sueño,
de Sor Juana, es una larga silva compuesta íntegramente por sucesivas imágenes emblemáticas.
También ofrece al lector dos importantes aparatos ópticos en su poema, el faro y la linterna
mágica, como símbolos del spiritus phantasticus. A través de este contemplativo ojo de la
imaginación, el alma protagónica del sueño nos pinta un continuum de emblemas desde el
principio hasta el final. Este trabajo intenta describir cómo los libros de emblemas en la cultura barroca hispánica proveyeron a la autora de los componentes sustanciales de su silva a la imaginación. |