Título: Formación en género en los estudios de enfermería: actitud y capacitación para el abordaje de la violencia de género
Autores: Macías Seda, Juana
Fecha: 2012
Publicador: Dialnet (Tesis)
Fuente:
Tipo: text (thesis)
Tema:
Descripción: La magnitud de la Violencia de Género supone satisfacer demandas de diversa índole y de diversa procedencia, lo que conlleva en el caso de Enfermería tener un buen nivel de competencia profesional, para así, poder ser eficaces en el trabajo y prevenir situaciones de riesgo. Ello exige una adecuada formación universitaria, centrada en promover la igualdad en alumnado como persona y a su vez, fomentar dicha competencia profesional. Sin embargo, no es casualidad que los intentos para prevenir o reducir la violencia con intervenciones formativas, hayan encontrado resultados con éxitos variados, esto tiene que ver, en gran medida con, la brevedad de los programas, con los contenidos trabajados, así como, con la metodología empleada. A ello se suma, que suelen dejan al margen, las particularidades de los sujetos, no contemplan a los iguales, la familia o la comunidad. Es decir, solo consideran aspectos que son básicamente individuales, sin tener en cuenta los elementos multisistémicos y externo a la personas. Reconocer estas limitaciones puede ayudar a orientar sobre el enfoque y la respuesta más adecuada al problema como indica Mora y Pujal (2009). Por ello, el enfoque debe hacerse desde la teoría ecológica multisistemica fundamentada en los estudios de Género, dado que en la base del problema está la estructura patriarcal de dominación del hombre hacia la mujer. Precisamente, los enfoques de Género dejan de manifiesto la justificación que el sistema patriarcal hace del rol de la mujer, vinculándola al ámbito doméstico, a la reproducción y al rol de proveedora de cuidados. Todo estos elementos están asociados a la forma sexista de construir la identidad según la cual la violencia es inevitable. Asimismo, queda reflejado en la �Valoración del trabajo de la mujer� al considerar a la mujer en el ámbito doméstico, resaltando en positivo esta labor y considerando innecesario fomentar el desempeño de la mujer en el ámbito público (Unidad Igualdad, 2010). Considerando la multicausalidad de esta problemática, evidenciamos que las investigaciones precedentes sobre este tema son deficientes en nuestro medio. Así, la mayoría de los estudios involucrados ha sido dirigida a la temática relacionada con la capacitación desde una perspectiva cognitiva, sin embargo, poco se ha investigado sobre la formación con perspectiva de género en el ámbito universitario y su influencia en las actitudes y capacitación frente a la Violencia de Género que es de lo que trata esta tesis. Es decir, cualquier formación debería realizarse desde esta perspectiva de género, lo que supone considerar las diferencias entre las condiciones, situaciones y necesidades respectivas de las mujeres y los hombres y diseñar estrategias para avanzar en Buenas prácticas en igualdad. Objetivo Por consiguiente, en esta investigación se ha analizado la influencia de una materia con perspectiva de género en las creencias, las actitudes y capacitación del alumnado de Enfermería de la Universidad de Sevilla para el abordaje de la VG. Se estima que el alumnado que ha recibido la docencia en �Género y Salud� presentará creencias menos sexistas y actitudes de mayor compromiso frente a la Violencia de Género, además se percibirá más capacitado para afrontarla. Metodología Diseño metodológico Estudio cuasi-experimental cuyo objetivo ha sido contrastar influencia de una intervención educativa con perspectiva de género en la Actitud y Capacitación enfermera para abordar la Violencia de Género, en un grupo llamado Estudio en comparación con un grupo Control equivalente que no recibe la materia. Se ha optado por un diseño cuasi experimental al no poder asignar los sujetos de forma aleatoria a los grupos que recibirían la intervención educativa. Posteriormente se han tomado medidas repetidas antes y después de la intervención a ambas muestras. Población Muestra El conjunto de la Población estuvo constituido por un total de 288 estudiantes matriculado en la facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la universidad de Sevilla en los cursos 1º de grado en Enfermería y 2º curso de la diplomatura de Enfermería durante el periodo académico 2009-2010. La Muestra, la constituyó todo el alumnado que estaba presente en el aula en el momento de la recogida de la información tanto en el grupo de estudio como en el grupo control, resultando un total de 245 estudiantes, repartidos en 146 sujetos de 1º del grado en Enfermería en el grupo de Estudio y 99 individuos de 2º curso de diplomatura de Enfermería en el grupo Control. El perfil de la muestra ha sido mayoritariamente de sexo femenino, con una edad media de 20,02 años, estructura familiar tradicional, procedente de zona semiurbana que accede a la universidad por la vía de selectividad (PAU). El Programa de Intervención ha sido la variable independiente como elemento causal en la transformación que podría acontecer en las variables independientes; creencias, actitudes y capacitación para abordar la VG de los sujetos estudiados. Asimismo se ha valorado la influencia del sexo. En términos generales, el alumnado de Enfermería que ha recibido formación específica en �Género y Salud� presentará creencias menos sexistas, actitudes más críticas y se percibirá más capacitado para afrontar la violencia de género. Instrumentos Se ha utilizado un cuestionario autoadministrado con tres escalas; Ambivalent Sexism Inventory (ASI) para medir las Creencias Sexistas, el Cuestionario de Actitudes hacia el Género y la Violencia (CAGV) para estimar la Actitud ante la VG y finalmente, para estimar la Capacitación Enfermera frente a la Violencia de Género, se realizó en base a la literatura consultada (Coll-Vinent et al. 2008; Arredondo, 2008) y particularmente para este estudio, la Escala de Capacitación Técnica en Violencia de Género (ECTVG). Asimismo se han incluido ítems para valorar el perfil socio familiar y socio-educativo. Posteriormente fueron sometidas a un Análisis Factorial Confirmatorio AFC para reducir factores subyacentes. Finalmente, para medir las creencias sexistas se ha utilizado una versión reducida de la escala Ambivalent Sexism Inventory (ASI) constituida por 13 ítems; 7 para el Sexismo Hostil y 6 para Sexismo Benevolente con una consistencia interna de ? .91 para el global de la escala, Sexismo Hostil ? .87 y Sexismo Benevolente ? .85 y una varianza explicada para el sexismo del 98.1%. Las correlaciones entre las puntuaciones del sexismo Hostil fueron de (SH r=.72) y del sexismo Benevolente (SB r=.78), así como, la correlación de estos factores con el total de la escala (r=.67). En cuanto a la influencia de la asignatura �Género y Salud� en la Actitud hacia la VG, se ha medido con una versión reducida de 12 ítems del Cuestionario de Actitudes hacía el Género y la Violencia (CAVG) (Díaz-Aguado y Martínez, 2001) y adecuados parámetros de validez y fiabilidad tras ser sometido a un análisis factorial confirmatorio (fiabilidad global ?= ,609) que a su vez, mantiene las cuatros dimensiones iniciales de la escala; creencias sexistas sobre las diferencias psicosociales de los hombres y las mujeres; creencias sobre el origen biológico en innato de la violencia; la representación de la VG como un asunto privado e inevitable y la valoración del trabajo de la mujer en el ámbito público. Finalmente, para medir la Capacitación se utilizó la Escala de Capacitación Técnica en Violencia de Género (ECTVG) construida ad hoc y sometida a un análisis estructural del modelo. Consta de cinco dimensiones y 19 ítems con adecuados valores de validez y fiabilidad; ECTVG1 referente a la �Conceptualización� de la VG ?=.654, ECTVG2 para medir el reconocimiento de las �Repercusiones� en la Salud ?=.693, el ECTVG3 sobre la �Detección� ?=.856, el ECTVG4 en relación a los �Protocolos� ?=.784y la ECTVG5 para estimar la �Prevención� del maltrato ?=.863. Procedimiento Para atender a los objetivos del estudio, se pasó un cuestionario autoadministrado a los mismos sujetos en dos ocasiones distintas (Antes y Después de la intervención educativa) para posteriormente analizar la correlación entre ambas tomas. En todo momento se preservó la confidencialidad y anonimato de los datos, para ello, se numeraron con las tres últimas cifras del Documento Nacional de Identidad (DNI) debido a la necesidad de adjuntar los resultados de cada una de las escalas administradas sucesivamente al mismo caso, con vistas a la posterior evaluación de resultados de la intervención educativa realizada en el correspondiente estudio longitudinal. La intervención educativa en el grupo Estudio, ha consistido en el desarrollo docente de la asignatura �Género y Salud� elaborada en base a los estudios de Género y a la normativa de Bolonia que regula los títulos de Grado Universitario y en concreto al actual título de grado en Enfermería, el cual contempla dentro de sus competencias enfermeras �la capacitación para el abordar la Violencia de Género�. Comprende 6 Créditos ECTS y se imparte durante el segundo cuatrimestre del primer curso académico de la carrera. Contempla contenidos teóricos conceptuales y contenidos instrumentales y actitudinales que se desarrolla a lo largo de 15 sesiones semanales de cuatro horas presenciales; dos horas en gran grupo (50 estudiantes) para los contenidos teóricos conceptuales y otras dos en seminarios con grupos pequeños de diez estudiantes para trabajar las habilidades y las actitudes. Por otro lado, los sujetos del grupo Control estaban excluidos de la intervención educativa �Género y Salud�, al no estar contemplada esta asignatura en su curriculum académico, aunque si se les ofertaba asignaturas optativas o de libre configuración con perspectiva de género a las cuales podían acceder de forma voluntaria. Análisis estadístico Los datos se registraron mediante el programa estadístico IBM Statistical Package for Social Sciences versión 18.0 para Windows. En primer lugar se realizó un análisis descriptivo para la caracterización de la muestra. Por otro lado, se ha realizado un análisis psicométrico de las escalas empleando el Análisis Factorial Confirmatorio con el fin de encontrar factores subyacentes al conjunto que permitieran una simplificación estructural de la matriz de datos inicial a un conjunto menor de variables o factores y así poder eliminar la redundancia de información inicial. Asimismo, se ha empleado el coeficiente de correlación de Pearson para identificar las relaciones de unas variables sobre otras. Para la consideración de la normalidad de los datos se ha empleado el estadístico de Kolmogorov-Smirnov y la prueba de Levene para comprobar la homogeneidad de las varianzas y grados de libertad calculados cuando las varianzas resultaron significativamente diferentes. Todo ello en las dos fases del estudio (Antes y Después) y con ambos grupos; Estudio (GE) y Control (GC). En el análisis de la eficacia de la intervención se ha tenido en cuenta las dos fases del estudio por separado. Aún así, el proceso de análisis fue exactamente el mismo en los dos momentos. Se efectúo, en primer lugar, la determinación de las mejoras a lo largo del paso del tiempo atendiendo a dos momentos, Antes y Después. A continuación, se realizó un ANOVA de medidas repetidas (ANOVA-MR) en un diseño mixto con un factor intergrupo (los dos programas sometidos a análisis en cada fase) y un factor intrasujeto (con dos niveles, medias Antes y Después de la Intervención) para las variables cuantitativas (Tejedor et al. 2006). Posteriormente se han realizado las pruebas de comparación de promedios a fin de saber entre que tratamientos hay diferencias, y para esto se han aplicado las pruebas de comparación múltiples Bonferroni. Finalmente, se ha llevado a cabo análisis de conglomerados mediante K-Medias con el fin de realizar agrupaciones para determinar la tipología del alumnado involucrado en el estudio en relación a las Actitudes y Capacitación ante la Violencia de Género. Resultados/Discusión Con respecto a la efectividad del programa formativo en �Género y Salud� se encontró que aunque ambos grupos (Estudio y Control) disminuyeron las puntuaciones en �creencias sexistas�, las personas que recibieron la intervención tuvieron un cambio más significativo que el grupo Control, tanto en el sexismo Hostil, (F1,235=18,132, p<,01) como en el Benevolente (F1,235=18,705 p<01). En síntesis, se confirma la hipótesis primera, el programa formativo en �Género y Salud� disminuye las creencias sexistas, las personas que recibieron la intervención educativa tuvieron un cambio más sustancial que los sujetos que no se recibieron la materia. No obstante, cabe mencionar que este grupo, también experimentó una mejoría, aunque no de la magnitud que se obtiene con la asignatura �Género y Salud�. Consideramos que esta diferencia, puede atribuirse a que todos los sujetos implicados en la investigación recibieron la perspectiva de género, bien como una materia específica (grupo Estudio) o bien de forma transversal (grupo Control), por tanto, la mejoría pudo deberse al aprendizaje alcanzado de esta manera durante el tiempo de seguimiento en este estudio o pudo deberse al propio proceso madurativo de la persona. En relación a la influencia de la intervención en la actitud hacia la violencia de género, caben mencionar que las Actitudes Sexistas basadas en las diferencias psicosociales entre hombres y mujeres se relacionan directamente con la consideración de Privacidad dada al maltrato (r=,409 p<,01). Y a su vez, funciona inversamente con la capacidad para Detectar y reconocer Protocolos de actuación contra la VG. Del mismo modo se comporta, la Actitud Fatalista que tiene que ver con la justificación de la VG como un problema biológico de difícil solución, se relaciona con la consideración del problema como asunto privado (r=,394 p<,01). Estos datos concuerdan con los resultados obtenidos por Mª José Toldo (2004) que indican que existe una correlación significativa y positiva entre las actitudes sexistas y la justificación de la violencia como reacción (,701). En el mismo orden, la consideración de la violencia como Asunto Privado se relaciona directamente con el sexismo Hostil r=,427 p<,01 y el Benevolente r=,427 p<,01. En concordancia con Mª José Toldo (2004) que indica que las características asociadas a rasgos masculinos tradicionales, correlacionan significativa y positivamente con; la aceptación de las creencias sexistas y justificación de la violencia de género (.286), la justificación de la violencia como reacción o demostración de valor (.243), Por el contrario los sujetos con alta puntuaciones en la Valoración del Trabajo de la Mujer correlacionan positivamente con una mayor capacidad para aplicar Protocolos (r=,180 p<,01), así como, con una mayor capacidad para realizar pautas preventivas (r=,161 p<,05). En suma, los sujetos con mayor capacitación frente a la VG, adoptan actitudes menos sexistas (tanto hostiles como benevolentes), en concordancia, también muestran mejor actitud acerca del origen de la VG y reducen el estigma de privacidad dado al asunto de la Violencia, considerándola un tema de Salud Pública en mayor medida. En suma, valoran mejor el trabajo de la mujer y muestran mayor capacidad la Detección, así como, para aplicar Protocolos y medidas Preventivas frente al maltrato. Dicho de otra forma, los sujetos que han pasado por la materia �Género y Salud� mejoran sus competencias para abordar la VG, en concreto, la capacidad para detectarla, aplicar protocolos y prevenirla. Lo que corresponde a una mayor capacitación frente a la VG. Limitaciones Cabe recordar que está investigación está enmarcada dentro del diseño cuasiexperimental al no poder asignar los sujetos de forma aleatoria a los grupos que recibirían la intervención educativa. Sin embargo, asumiendo esta posible limitación se ha procurado asegurar que el error aleatorio fuera de escasa magnitud. Por otro lado, se han considerado las limitaciones que esta metodología puede tener en el abordaje de componentes socio-culturales y actitudinales. De manera especial, se ha contemplado dentro de las limitaciones, la influencia que ha podido tener el proceso madurativo en el cambio de los sujetos entre el momento inicial y el final de la intervención. De aquí que debamos tomar los resultados con cierta prudencia, pues no se puede asegurar que las diferencias observadas entre los grupos se deban solo y exclusivamente a la intervención efectuada y no a diferencias inherentes a la idiosincrasia de los grupos. A todo ello, añádase, la escasa información publicada sobre la capacitación en Violencia de Género en el contexto universitario, así como, el hecho de que existen pocas titulaciones universitarias que hayan incorporado materias específicas en esta temática y mucho menos que la hayan evaluado. Por consiguiente, ha supuesto una considerable limitación la ausencia de escalas validadas para medir la capacitación enfermera en el abordaje de la VG, lo que ha obligado a diseñar, pilotar y validar un instrumento afín a la investigación. Considerando lo expuesto anteriormente, sería recomendable complementar esta investigación con un enfoque cualitativo que ayude a profundizar los modelos interiorizados de relaciones entre hombres y mujeres. Eso sí, sin descuidar otros factores a nivel de microsistema que están continuamente influyendo en los jóvenes y sobre los cuales se debe seguir investigando. Conclusiones En términos generales, el alumnado tras la aplicación del programa formativo en �Género y Salud� reduce las creencias sexistas tanto las Hostiles como las Benevolente. Además disminuye las actitudes fatalistas que justifican la Violencia de Género y la considera un asunto privado. Asimismo, los sujetos que han recibido la asignatura �Género y Salud� presentan un mayor nivel competencial para detectar casos de maltrato y aplicar protocolos que los sujetos que no la han recibido Otro matiz es que cuanto más capacitadas están las personas para detectar casos de maltrato mayor nivel de reconocimiento de los protocolos y de pautas preventivas presentan. Los resultados obtenidos coinciden con los hallados en otras investigaciones y nos permiten corroborar que las variables creencias, actitud, y capacitación se ven modificadas por el efecto de la intervención educativa, al respecto. Con respecto a la influencia del sexo en el efecto de la asignatura en las creencias, actitudes y capacitación, se ha encontrado que los hombres muestran actitudes más tolerante o menos críticas frente a la violencia de género que las mujeres y se perciben menos capacitados para detectarla y prevenirla. Por el contrario, responden a la formación con una conceptualización más integral y una mayor capacidad para aplicar protocolos. Finalmente, en lo referido a la tipología del alumnado, inicialmente se observan tres perfiles de sujetos en relación a sus creencias, actitudes y capacitación ante la VG; el grupo Sexista, con marcadas creencias sexistas tanto hostiles como benevolentes, así como, con una acentuada actitud fatalista y privacista acerca de la VG, unido a una baja capacitación para abordarla; el grupo Receptivo, con posiciones intermedias en creencias sexistas y una actitud y capacitación moderadamente proactiva frente a la VG; el tercer grupo, denominado Igualitario, muestra creencias más igualitarias, actitudes menos fatalistas y más críticas contra el maltrato, y a su vez, valoran altamente el trabajo de la mujer en el ámbito doméstico y muestran una mayor capacitación para abordar la violencia contra la mujer. Cabe señalar que los perfiles del alumnado tras el paso por la intervención educativa se �suavizan� hacia perfiles menos sexistas, que era lo esperable, y además son pocos los sujetos que permanecen con esta tipología. Al llegar a este punto, se podría decir, que la intervención educativa es efectiva, pues se consigue estudiantes, con bajos niveles de sexismo y actitudes menos tolerante frente a la VG, lo que favorece una actitud más empática, libre de prejuicios, a su vez, potencia actitudes más proactiva, menos conformista con el origen del problema y con un mayor la compromiso social del fenómeno, lo que facilita la intervención interdisciplinar con las mujeres y con las personas a su cargo, como índica la perspectiva ecológica. En definitiva, actitudes más igualitarias que favorecen la detección del maltrato y naturalización de pautas de actuación, así como, la aplicación de pautas preventivas que en si promueven el �buen trato� contra la violencia de género. Consideraciones finales y propuestas de mejoras Entre los aspectos positivos del estudio merece mencionar que los/las estudiantes asumen la igualdad de valores y género como algo natural. Pero sigue existiendo esa violencia contra la mujer basada en creencias sexistas, no en el llamado sexismo hostil, todavía vigente, sino en el sexismo benevolente. Por tanto, sobran razones para planificar posibles alternativas cuyo fin sea eliminar estas actitudes sexistas benevolentes y evaluar estas estrategias dentro de los futuros programas de prevención, sin olvidar incidir, en el sexismo hostil, ya que, aunque la mayoría del alumnado lo rechaza, en este estudio existía un 8,2 % de estudiantes con creencias sexistas de tipo Hostil, con un abierto rechazo al otro sexo. Por tanto, también sería conveniente identificar al alumnado con este tipo de creencias y realizar un programa de intervención específico.
Idioma: spa