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Como se indicó en la memoria, previa a la presentación, de esta Tesis, el objeto de la misma es el de llevar a cabo una indagación sobre los hechos fundamentales, que han sido determinantes, en el desarrollo de los proceso de la proyectación arquitectónica.
(Aquí también quisiera volver a hacer una aclaración; y es que uso la palabra �proyectación� tan directamente vinculada a la terminología del discurso italiano, porque no he sido capaz de encontrar en castellano algo parecido que la sustituya y sin que suene aún más pedante. Aclaro por tanto que entiendo como �proyecto� un hecho acabado, capaz de ser transmitido, en el que, mediante signos convencionales se han organizado y fijado los elementos para una respuesta arquitectónica. En este sentido, el proceso de la realización del proyecto es lo que se define como �proyectación�).
Este propósito de analizar las circunstancias especiales en que, en un pasado histórico, se desarrollaron los procesos de la proyectación, no pretende satisfacer un deseo de mera erudición, sino que parte de una reflexión sobre el incierto panorama de la actual arquitectura y creo que este trabajo debe ser leído a partid de una posible aplicación didáctica.
Hoy nos encontramos en plena revisión de los presupuestos que consolidaron las bases del movimiento moderno y creo que cualquier alternativa válida, a considerar, debe pasar por el análisis y la compresión de los más significativos aspectos que, en los distintos periodos de la historia de la arquitectura, han determinado el sentido del desarrollo de la proyectación.
Esquematizando, podemos contemplar que la práctica disciplinar acomete los problemas más acusados por los que pasan las vicisitudes de la arquitectura contemporánea desde las siguientes aproximaciones:
�El pragmatismo sociológico�: como reducción de la práctica proyectual del análisis de las funciones psicológicas y sociológicas.
�El positivismo tecnicista�: como reducción de la práctica proyectual a las condiciones tecnológicas de producción.
�El idealismo formalista�: como reproducción en la disciplina arquitectónica de constantes formales afianzadas por la mitificación de aspectos culturales dominantes circunstancialmente.
Desde la terminación de la II Guerra Mundial hasta bien entrados los años sesenta, para cubrir el vacío arquitectónico, bastaban los estereotipados modelos formales basados en los presupuestos operativos del movimiento moderno, junto a algunas magníficas obras de los viejos maestros. Hoy las circunstancias están cambiando (ya han cambiado). Pero el problema no consiste en rastrear el panorama arquitectónico a la búsqueda de nuevos modelos formales con la pretensión de estar en la línea de vanguardia. A anda conduce sustituir el rigor cartesiano de Le Corbusier por la complejidad fragmentaria de Venturi. Sin comprender el origen histórico y las referencias a un sistema de principios �científicamente� fundamentados, se corre el riesgo de atentar contra el propio concepto de formas, es la cosificación de la naturaleza que conduce a la destrucción del medio ambiente.
Angustiada por la necesidad de encontrar una urgente salida, la arquitectura, en su actual grado de desarrollo disciplinar, con frecuencia, ha procedido a reconsiderar ejemplo relegados al ostracismo por la institucionalización �llevada a cabo en el periodo entre guerras- de la ortodoxia del movimiento moderno, ha intentado recuperar los supuestos racionalistas que iniciados en una vertiente distinta al funcionalismo, fueron ahogados bajo el peso de aquella institución que durante mucho tiempo se ha considerado el acontecimiento cultural e intelectural más importante del siglo, la Bauhans.
Cuando en la mayoría de los países �la arquitectura de la razón y el funcionalismo estaban en pleno movimiento�, NIKOLAUS PEUNSER, el escrupuloso historiador, situó los antecedentes y la evolución del movimiento moderno (del que �WRIGHT, GARNIER, LOOS, BEHRENS, y GROPIUS eran los iniciados del estilo�� y �GAUDI y SAN´ELIA eran extravagantes�) desde Willians Morris a Walter Gropius, tal como anuncia el subtítulo de su famoso libro.
Peter Collins, en otro libro ya clásico situó el origen ideológico de la arquitectura moderna sobre el periodo de 1750, en el inicio de la gran crisis de la tradición arquitectónica, en donde tuvo lugar la primera fase del iluminismo. Salvando la tolerancia en la diversidad de significados del término �arquitectura de la razón� cabe cuanto menos, aceptar que como afirma Giorgio Grassi que la descencendia de los iluministas hasta los arquitectos del movimiento moderno está en función del intento de ruptura en el plano formal que ambos señalan en la historia.
Para nuestro campo de investigación, existe un hecho fundamental donde hay que fijar el punto de partida de la reflexión, ya que su constitución condicionó el desarrollo posterior del proceso de la proyectación con un carácter definitivo. Efectivamente es en el Renacimiento donde por vez primera se instituyó la necesidad de establecer reglas prácticas a las que referir la compresión de la realidad configurada por la imagen arquitectónica estableciendo con ello un control en la racionalidad de la formación arquitectónica y en los procesos de proyectación.
Y este vuelve a ser hoy el fondo del problema que, se centra en una apasionada búsqueda, para descubrir instrumentos de control del proceso de la proyectación que permitan poner en relación la transformación de la realidad que la arquitectura, por naturaleza, posee.
El objetivo fundamental de la Tesis, por tanto, se fundamente en poner de relieve los aspectos más significativos, de los distintos periodos históricos en los que se ha desarrollado, de una manera determinante, la proyectación arquitectónica.
Y pretendemos, al manifestar aquellos elementos y circunstancias tan definitivos en el proceso formativo de la arquitectura, poder demostrar que el desarrollo de los procesos de proyectación se han fundamentado sobre elementos o �parámetro de control� capaces de definir las conexiones entre situaciones históricas y realidad formal. Así, la disciplina de proyecto, en su evolución la constituye un variado proceso de síntesis sujeto-objeto inserto en un marco de relaciones entre situaciones culturales significativas de los diversos momentos históricos en los que se produce la arquitectura.
Consideramos como hipótesis fundamental que la arquitectura forma parte y es sobre todo, el resultado último (el proyecto terminado, la obra construida) de un proceso continuo, que partiendo del conocimiento de una determinada realidad, crea la transformación, como un nuevo conocimiento modificado�, de aquella misma realidad. Por lo que al ser un hecho intelectual cuya elaboración se debe al conocimiento, la arquitectura se establecerá en cada momento histórico, con los medios que la cultura pone a su disposición y por ello, es evidente, que la proyectación arquitectónica evolucionará paralelamente a las ciencias, la tecnología y la cultural en general.
No se pretende realizar una historia general de la arquitectura, sino, insistimos, hacer destacar aquellas circunstancias y hechos concretos que dieron lugar a la formación de �parámetro de control� que, derivados de los aspectos más significativos de la creación arquitectónica, sirvieron para apoyar y canalizar el desarrollo general de la proyectación, y desde nuestra visión de profesionales, sirvan también, para entender las complejas relaciones entre situaciones históricas y evolución de la arquitectura.
Desde la óptica de la enseñanza de la proyectación, la historia de la arquitectura la contemplamos como instrumento de conocimiento para la elaboración y formación del proyecto arquitectónico. La arquitectura es entendida a través de los hechos culturales y físicos que permanecen, y aunque el arquitecto de hoy deba mantenerse en el interior de la realidad de su invención arquitectónica, muchos de los complejos problemas que tiene, hoy, planteados el arquitecto pasan por revisión de su pasado histórico.
La justificación de este intento, radica en que al plantear un análisis de las bases que constituyeron el movimiento moderno �del que, hoy, trata de librarse de la arquitectura- pueda contribuir, en el campo de la enseñanza de proyectos, a entender el proceso de la proyectación no en función de un resultado final del objeto arquitectónico, basado en el juicio del momento sobre un repertorio de imágenes jerarquizadas, sino comprendiendo que el aspecto final de la arquitectura y así deber ser leída, es el reflejo y la consecuencia de los planteamientos teóricos y las circunstancias culturales desde los que fue acometido el proceso de concretar una Realidad general en una Realidad arquitectónica. Y ello porque estamos convencidos de que cualquiera que sea el destino futuro, próximo o lejano, de la enseñanza en general y de la escuela de arquitectura en particular, siempre existirá el problema de la proyectación arquitectónica y de la transmisión didáctica de ella. |
