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El trabajo realizado trata de los trematodes digéneos parásitos de Ofidios de la Argentina,
sobre los cuales existía una única referencia en la literatura científica. Se examinaron
metódicamente
600 ejemplares de ofidios, de 32 especies distintas, procedentes del país, determinando la
incidencia parasitaria, a localización, la abundancia y la identidad de los trematodes así como la
frecuencia de los demás grupos de endoparásitos. Se realizó el estudio sistemático de todos
los trematodes adultos, hallándose quince especies distintas, las que se describen
exhaustivamente, se ilustran con dibujos y fotografías y, se dan algunas tablas de sus medidas.
Estas especies son:
Catadiscus freitaslenti Ruiz, 1943.
Catadiscus longicoecalis nov.sp.
Glossidiella ornata Travassos, 1927.
Glossidiella lossi (Travassos, 1927) Yamaguti, 1958.
Haplometroides buccicola Odhner, 1911.
Heterodiplostomum lanceolatum Dubois, 1936.
Infidum infidum (Faria, 1910) Travassos, 1916.
Mesocoelium monas (Rudolphi, 1819) Freitas, 1958.
Mesocoelium sibynomorphi Ruiz & Leao, 1943.
Microderma luehei (Travassos, 1927) Olsen, 1937.
Opisthogonimus artigasi Ruiz & Leao, 1942.
Opisthogonimus lecithonotus Lühe, 1900.
Styphlodora condita Faria, 1911.
Telorchis clava (Diesing, 1850) Lühe, 1899.
Travtrema stenocotyle (Cohn, 1902) Goodman, 1951.
De las quince especies, Catadiscus longicoecalis es una nueva especie de un género ya
descripto y, las restantes son conocidas y parasitan ofidios procedentes de distintos países
americanos, principalmente del Brasil.
Consideramos que, aunque las diferencias intraespecíficas y la amplitud en la variabilidad de
las dimensiones de Styphlodora condita, hallada por nosotros, son bastantes mayores que las
señaladas por otros autores, opinamos que no se trata de una entidad nueva. A la vez,
pudimos apreciar que en un significativo número de ejemplares de Telorchis clava, el comienzo
de los vitelarios, en lugar de presentarse casi a la altura de la ventosa oral, se encuentran a
partir del borde inferior del acetábulo; si bien no le asignamos valor suficiente para la creación
de una nueva especie, señalamos su existencia.
Indicamos nuevas especies de ofidios hospedadores a las ya citadas para diferentes entidades
de trematodes. Observamos de esta manera que algunas especies de trematodes parasitan un
gran número de especies de ofidios, mientras otras tienen marcada especificidad, como es el
caso de Glossidiella ornata, Glossidiella lossi y Microderma luehei, halladas también por
nosotros, exclusivamente en el colúbrido sudamericano Cyclagras gigas.
Coincidiendo con la totalidad de los autores, salvo Pereira (1929), sobre un total de 105
ejemplares de víbora de cascabel, Crotalus durissus terrificus examinados, no hallamos un solo
trematode. También es interesante consignar que no hemos podido obtener un solo
endoparásito, de ninguna naturaleza, en los siete ejemplares disecados del crotálido endémico
de la Argentina, Bothrops ammodytoides.
Con relación a su incidencia, vale decir, tomando en cuenta el número de veces que se halló
cada especie de trematode digéneo, en la totalidad de los ofidios estudiados, corresponde a
Travtrema stenocotyle el primer lunar, siguiendo en orden decreciente Opisthogonimus
lecithonotus, luego, Styphlodora condita y, en último término, parasitando un solo ejemplar,
Telorchis clava, Mesocoelium sibynomorphi y Haplometroides buccicola.
Con respecto al número máximo de individuos de una sola especie recogidos en un solo
hospedador, también Travtrema stenocotyle ocupa el primer lugar, Glossidiella ornata y
Mesocoelium monas el segundo y Haplometroides buccicola el último.
Pudimos observar que los órganos muy parasitados por trematodes son: en primer término
intestino grueso, en segundo, boca, en tercero intestino delgado y riñón y, luego esófago,
vesícula biliar y estómago. Debemos hacer la salvedad de que cada especie presenta una
localización selectiva para determinado órgano, tales como el caso de Styphlodora condita en vías excretoras renales e Infidum infidum en vesícula biliar, estando en estos casos su número
relacionado directamente con la capacidad del órgano parasitado. |