Descripción: |
Ahora bien, en lo que respecta al Capítulo I, se construye un marco teórico adaptado ya a los
requerimientos teóricos de la temática, en donde, ubicaré al primer sujeto de la investigación, aquí, se
hará referencia en un primer momento a la estructura psíquica del usuario de drogas, al toxicómano,
partiendo desde la conformación del aparato psíquico para llegar a la delimitación de la patología
narcisista del sujeto.
Luego, haré hincapié en tal estructura conceptualizando el narcisismo, su proceso y su fijación en el
toxicómano, de esta forma, enlazaré ambos temas en la simbiosis, concepto establecido por Bleger,
que explica a través del vínculo la estructuración del psiquismo y las fases por las que pasa el
sujeto para la conformación de un yo sólido. Siendo así que el toxicómano queda fijado en la
transición entre la simbiosis y la separación hacia el camino de un yo autónomo y fuertemente
constituido.
En el Capítulo II, describe el discurso del sujeto, del toxicómano, iniciaré con la conceptualización
del discurso, que como ya he mencionado, refiere a todo un contexto en el que el sujeto se desarrolla,
corresponde a su esencia como ser en el mundo, a sus representaciones, los sentidos que adquiere del
mundo así como los que deposita en él.
El discurso es el discurso del Otro, y con ello, será posible comprender la relación entre el discurso
materno y la adicción, la función materna como el tóxico que abraza
al sujeto y amenaza con su fragmentación y por tanto entender desde otra perspectiva
diferente a la médica, la funcionalidad de la droga, como una conservación del psiquismo que
sostiene al sujeto y lo libra de toda efracción.
Pero si lo mantiene en ese punto de supervivencia, será a cambio de la renegación de la castración, de
un estar dentro y fuera de la madre, en un punto medio entre la no separación y la diferenciación, en
el goce de ese espacio, que lo lleva a vivir en la inmediatez, en una cuasi continuidad, sin historia y
sin construcción, la contingencia de su ser no es vivida, sin separación, es decir, sin ausencia del
objeto, la falta no puede ser experimentada. El toxicómano se niega a vivir en falta, no le ha sido
posibilitada la separación del primero objeto de amor (la madre).
A continuación, en el Capítulo III, se trata en un primer momento de la identificación
de la institución, el Centro de Tratamiento, para poder analizarla en su particularidad, los ejes que
maneja su discurso así como las posibles respuestas que podría entregar al toxicómano en torno a su
problemática, la adicción.
ii
Este Centro se caracteriza por el tratamiento espiritual, el tratamiento a través de la religiosidad, de
corte cristiano evangélico, de sujetos con problemas de adicción, centra la rehabilitación en una
búsqueda de Dios, el encuentro de la Salvación en Cristo.
Se establece como una enseñanza sobre la Palabra de Dios, que llega a ser una forma impositiva de
introducir a los toxicómanos en la religiosidad, son llevados como alumnos hacia la “Salvación”.
Salvación que no ha sido comprendida más que desde el perdón y el arrepentimiento, por lo que al
analizar de manera breve la religiosidad en este capítulo se hará hincapié en la resonancia que tiene
ésta en la vida de los sujetos, la importancia de lo religioso en la vida del sujeto hablante, del sujeto
de la cultura, del sujeto castrado.
Luego, en el Capítulo IV, se pretende más bien hacer una síntesis teórica de lo que se ha venido
realizando en capítulos anteriores, encontrando las divergencias entre los discursos tanto de los
sujetos (toxicómanos) y del Centro de Tratamiento (institución), se hace una recopilación de los
aspectos importantes encontrados en la investigación que conducen hacia la comprensión de la
temática establecida intentando contrastar los discursos y sus roles en el tratamiento y rehabilitación
de dichos actores.
Permite identificar a los sujetos de la investigación, sus discursos, su quehacer en el escenario
institucional y la cosmovisión de la queja social que los obliga a representar su papel para
satisfacer su necesidad de pertenencia al grupo, el de los toxicómanos.
Luego, en lo que corresponde al trabajo de campo realizado, se encontraron no sólo diversos datos
informativos que refieren a las narraciones, estilo de vida y cosmovisión de los usuarios y el centro
de tratamiento con respecto al uso de drogas sino también las observaciones realizadas en las que se
hace evidente la ausencia de discurso, la ausencia de demanda y la estereotipia de su narrativa.
Las cuales condujeron a leves percances en la recolección de información debido a que ambos actores
(usuarios y centro de tratamiento) manifestaban resistencias en cuanto a la labor investigativa y al
trabajo psicológico, mostrando hermetismo y poca colaboración.
Del mismo modo, otra limitación fue encontrada en cuanto a la labor psicológica puesto que ésta ha
sido minimizada por la preponderancia de la religiosidad dentro de este espacio, por lo cual es una
actividad que los pacientes no consideran de utilidad, como una terapia secundaria de la que no
depende su tratamiento; esto no permite un proceso adecuado para que los usuarios puedan delimitar
su problemática y por ende las resistencias ante la presencia de alguien que cumpla tal labor.
iii
Y es que la religiosidad es un eje central en la institución y esto conlleva no sólo a adquirir
información particular de la misma y a su análisis sino también a resistencias, ideas
ambiguas y sin número de opiniones con respecto a ella que deben ser consideradas en el accionar
dentro del campo durante la investigación. |